Los tiempos han cambiado; varias décadas atrás las pin up girls que decoraban las paredes de los talleres mecánicos, y los casilleros de los vestuarios masculinos tenían un aspecto bastante diferente al de hoy día.
Me tienen podrido los mensajes y cadenas pedorras con que nos bombardean a diario, ya no solamente por e-mail, sino que ahora también por Facebook y otras infames redes sociales.