El golpe

 Sudoroso, el Comandante saca una de sus anfetaminas. Dos y medio vaso de agua le conjugan en su boca toda seca para quitarle ese malestar de sueño. Era típico, incluso durante la dictadura, sentirse de esa forma y amanecer horas y días completos.


-Ya 'ta bueno. Hoy es el día.- Le decía a todo su equipo de militares con gran apunte, con una voz retumbante en toda la habitación en la que se encontraban. Mientras tanto, exactamente a esta misma hora, en la que escribo este post, 1:30 pm, Peña Gómez abalanzaba su discurso a la población nacional por Radio Cadena Comercial, propagando el derrocamiento del Triunvirato manipulado por Reid Cabral y a su vez, reinstaurar la Constitución de 1963 y al ex-presidente Bosch sin elecciones. La gente se lanza a las calles de Santo Domingo, toda victoriosa y con fuerzas en todo su cuerpo y alma a defender a los Constitucionalistas; armada con lo que tenga, con lo que venga, y embiste contra los tanques que llegaban desde las afueras de la ciudad, en especial de San Isidro, en donde se encontraban los militares que no apoyaban esta insurrección popular como ellos denotaban. Muchos tenían miedo, pero no el miedo de morir por su Patria, sino miedo de que no se salve la misma.


Abrumaron gran parte del puente Duarte evitando dejar pasar los tanques, se abalanzaban sobre ellos. Los que vivían en los barrios marginados protestaban. Los militares contrarios, ametrallaban sin impotencia a esos seres humanos, dominicanos, de su misma sangre, sin impunidad. ¡¡Que se vayan los usurpadores, quiere la gente!! ¡¡Que vuelva Juan Bosch, el presidente legal!! Gritaban sin piedad, clamando lo que en ese entónces, 100 años atrás, renovar nuestra democracia y liberarla de la opresión imperialista de España.


Hoy, ese inicio de la Guerra de Abril y que duró alrededor de 130 días, lidiando con los Norteamericanos y finalizar imponiendo elecciones libres, todavía sigue en mente de muchos como un capítulo negro, oscuro, de quienes fueron jóvenes en ese tiempo. Aunque se sientan síntomas de olvido e ignorancia en las nuevas generaciones, me siento orgulloso de lo que tengo como Nación ahora. Me siento orgulloso de que, lamentablemente al derramarse sangre nuestra, no se haya perdido en vano. Porque fue para liberarnos de la opresión militar existente, del trujillismo que todavía imperaba en los más altos estándares. De tener una Constitución pura, libertades civiles dignas de ejemplo en el mundo. De una representación verdaderamente participativa del pueblo.


Juan Bosch lo dijo cuando le despojaron de su puesto en septiembre del 63: "La democracia es un bien del pueblo y a él le toca defenderla. Mientras tanto, aquí estamos, dispuestos a seguir la voluntad del pueblo." Todavía lo estamos, vigentes a seguir defendiendo nuestra Nación.

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